Brasil
siempre estuvo cerca: ¿quién no ha viajado durante horas algún verano, en un
auto abarrotado, hacia playas de agua cálida y arenas blancas? El gigante de
Sudamérica siempre ha representado una oportunidad para los argentinos, un país
que a pesar del antagonismo deportivo ha acogido a muchos criollos en sus
tierras. También ha sido el destino elegido por muchos nadadores,
particularmente en los últimos años, cuando la brecha entre la competencia nacional,
profundamente amateur, y la brasileña, crecientemente superprofesional, parece
haberse ensanchado.
“La
natación en Brasil hoy posee un presupuesto que debe ser mucho más que el doble
que de la natación argentina”, explica Juan Martín Pereyra, radicado en el país
mais grande desde el año 2000. “La otra gran diferencia es la cantidad de
nadadores federados en todas las categorías y la cantidad de torneos que tienen
en relación a nosotros”, comenta. “El roce de competencia en Brasil, Europa
o Estados Unidos son excelentes y hacen crecer a cualquier nadador. Pero todo
esto debería de realizarse sin descuidar los programas de base para infantiles
y juveniles”, opina al respecto Pereyra, y agrega que “a Argentina le
conviene tener cerca a Brasil y lo tendría que tomar como propulsión para
incentivar mas el desarrollo de nuestro deporte”.
“Brasil
es el país de Sudamérica que esta mejor posicionado a nivel mundial, con
respecto a la natación: por eso elegí venir para acá”, opina Florencia Perotti,
quien viajó hacia Brasil el año pasado buscando evolucionar. “Para
nosotros es muy bueno poder competir en los torneos brasileros, ya que son muy
similares a competiciones de alto nivel, en organización y nivel de
competición”, dice la nadadora, respaldada por Manuela Morano: “Las
competencias afuera, por ejemplo en Brasil, siempre son buenas. El deportista
necesita a cierto nivel un roce internacional constante”. Morano entrena en
Argentina y busca ese roce en torneos internacionales, mientras que Perotti, Pereyra,
Presumido y Sebastián (el resto de los participantes del torneo Maria Lenk)
hacen base en Brasil: dos caras de la misma moneda, el éxodo hacia el norte de
los nadadores argentinos en busca de un grado de exigencia que en Argentina no
se consigue.
La
natación en Brasil tiene la misma estructura de clubes que en Argentina, pero
la presencia del sector privado es notable, el principal sustento del
atleta: “La competencia acá es parecida a la de Argentina, los torneos
nacionales son por puntos y como la captación de sponsors se refleja en eso
para los clubes es muy importante tener equipos muy competitivos”, dice Pereyra
para explicar cómo el vecino país puede contratar estrellas para disputar un
solo torneo. Es, después de todo, una inversión calculada.
En Argentina,
a la inversa, el atleta tiene que procurarse su sponsor para bancarse su
profesión. Por ello, en los últimos cuatro años, ha intervenido el dinero
público:“Por suerte, el Estado apoya muchísimo en este momento, a partir de la
creación del Enard”, me dice Morano. Los avances agigantados que ha significado
la creación del Enard han recuperado bastante terreno en lo deportivo,
sobreponiéndose a años de abandono de políticas públicas en torno al deporte.
Pero el Enard se encarga del alto rendimiento, es apenas la muleta en la que se
apoya hoy el deporte argentino, rengo en sus bases: la competencia interna y el
trabajo con los más jóvenes requiere de una inversión infraestructural que debe
reunir al sector público y al privado.
“Hay
que hacer más proyectos de infraestructura, que es donde hoy en día Argentina
falla con respecto a otros países… ¡sin ir más lejos, comparándolo con
Brasil!”, argumenta Morano con razón: en el país hay apenas dos piletas en
condiciones de ser sede internacional, la piscina del Cenard y la del Emder, en
Mar del Plata, que será en octubre sede del Sudamericano. “Faltan
competencias de buen nivel donde podamos generar cosas alrededor de ese
espectáculo deportivo, que atraigan a los sponsors privados para los eventos y
los nadadores, porque por más que el Estado apoye, a veces no alcanza”, cierra
la juninense.
Pero la
natación argentina, deporte estratégico para la cosecha de medallas por su gran
cantidad de pruebas, continúa sin embargo olvidado por el sector privado: sin
grandes resultados internacionales, hay muy poco lugar en los medios para los
nadadores, y sin visibilidad los anunciantes y la televisión no están
dispuestos a invertir. Un verdadero círculo vicioso de solución compleja.
Fonte http://nitanrapido.wordpress.com/2014/04/21/el-maria-lenk-de-los-argentinos-parte-2/
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